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| Fotografía: Fernando Briceño |
Ahora que la música no calla
Permítame respirar su silencio
Acatar al compás cada exhalación de su tórax
Seguir con simpatía el bamboleo de sus caderas.
La luna suspira su melancolía
Mientras bajo su luz nos miramos como gatos
Vagabundos en las calles de este deseo
Deambulando sin aliento hasta el éxtasis
Callas mientras mis manos susurran sobre su piel
Piel que me guía a sus entrañas
Cuales sacian mis ansias
Con su esencia de miel.
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