No me está abrumando la soledad, sabrá usted que la soledad es el paraíso que me acoge y regocija. Lo que pasa es que siento su ausencia como un delirio de muerte, como esa última esperanza de vivir, esa ultima lucha del pez por respirar una atmósfera que no comprende y aunque la he visto pocas veces me ha entrado una gran ilusión por lo que sería el ultimo suspiro entre mis branquias.
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