tu boca me recitaba y en tu mirar sucumbía
recorrías el papel en el que noctámbulo habitaba
y al acabar me doblabas con dos o tres caricias
Una noche de silencio, oscura y sin luna
esperaste a mi desvelo para cometer el acto
llenaste el botecito con alcohol o trementina
e incineraste mi recuerdo, evaporaste mi tinta
Con el viento me he ido, silbando entre las hojas
riendo en voz baja por la insensatez de tu acto
por qué gastar tus monedas en aquel líquido inflamable
si gratis pude arder, desmesurado sobre tu boca.
F. Briceño
No hay comentarios.:
Publicar un comentario