martes, 17 de noviembre de 2020

 A veces solo quisiera desaparecer, lo se, es un cliché, creo que todos lo sentimos algunas veces, pero me reconforta pensar que se ha vuelto una manía, algo tan propio, por alguna razón creo que a quienes les pasa no les sucede con tal intensidad y frecuencia, por cosas tan vanas, y eso de alguna manera me hace sentir único, lo cual es abrumadoramente absurdo, eso queremos creernos en algún momento, que somos únicos, y se vive la viva obsesionado en demostrarlo, que importamos, que esto del vivir tiene algúnsignificado trascendental, pero vaya que no lo somos, y da igual si lo sabemos, algo en nuestro interior nos motiva a seguir añorando lo contrario, es natural, tampoco juzgo esto de nuestro ser, es natural sentirlo así cuando vives en un cajón de piel observando el mundo a través de dos orificios que parecen moverse a tu voluntad, como si fueras un maquinista, un pqueño hombrecito con sombrero operando palancas desde el interior de un cráneo oscuro y frío, y al final toda tu vida se basaran en mover palancas y creer que vives a través de los rezagos de realidad que entran a través de los orificios, y que convives, amas, aprendes, das cariño, preo al final, tu mundo está allí adentro, y jamás nadie entrará a tu pequeño cuarto de máquinas a compartir un café a tu lado con verdadera calma.

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