jueves, 29 de febrero de 2024

Sobre el buen y el mal sentir.


Bendigo el sentido de mi tacto

por él comprendo los surcos de tu piel trémula

persigo aquel fuego que se resguardaba bajo tu seda 

y que ahora me recorre por dentro

por el entramado de terminaciones nerviosas, serenas.

Sin embargo, a veces me pregunto

¿en dónde puedo encontrar las terminaciones del alma?

pues me urge arrancarlas, hilarlas, tejerlas y secarlas al sol

y que la vida ya no me destroce con el sentir de este tacto inmaterial

que hasta adentro no llegue más nunca ni fuego ni aspereza

aunque del buen sentir renuncie a sus placeres

pues hay dolores que son un precio demasiado alto

un infortunio en este libre mercado que devora todo a su paso.

Nada es suficiente, nada nunca

tan solo aquellas veces que la droga momentánea del buen sentir

del amar

nos induce en un estado narcotizado

y nos invade aquella amnesia cruel del dolor que siempre llega


F. Briceño




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